La banda neoyorquina formada en 1991 por el desenfrenado Jon Spencer llego por segunda vez a la Argentina y dio una clase magistral de ese hibrido llamado punk blues.
Empecemos por su look, salen a escena con un riguroso negro plasmado en camperas , camisas y pantalones de cuero (por parte de Spencer) y hasta la batería del mismo tono. Tan simple como un trìo de dos guitarras (Spencer y Judah Bauer que ocasionalmente toca la harmónica y algo de percusión) y un baterista (Russell Simins).
En un show que entre su publico tuvo a rockstars locales como Andrea Alvarez, Manza de Valle de Muñecas y Wallas de Massacre, la banda se despacho con una hora y media en la que no dieron respiro alguno. Si no pregúnteselo a un Niceto lleno y con muchos fan locales pogueando a mas no poder. Se hizo larga la previa, la banda amago muchas veces con arrancar y el publico se impacientaba. Aunque los DT´s nos dieron el tentempié necesario para seguir, con un garaje rabioso y una cantante que sonaba a Janis Joplin pero de esteroides.
Para cuando la Blues Explosion sale a escena el publico ya estaba preparado para eso que se venia, esa consistencia hecha banda, ese blues en su estado mas primal y crudo en el cual Spencer nos introduce y no deja despegarnos un segundo de lo que esta sucediendo ahí arriba. El ya cuarentòn cantante y guitarrista no para de moverse un segundo, con sus clásicos ¨yeah!¨ y sus gritos desaforados casi masticando el mic. El recurso usado fue el mismo que en sus discos de estudio, una mezcla entre megáfono y lo-fi con reverbs y delays que se sumaban cada tanto.
La banda repaso toda su discografía como era de esperarse y para dejar a todos satisfechos no faltaron temas como ¨Wail¨ o ¨Burn it off¨. Es increíble la habilidad de la banda de cambiar de tema y de ritmo con una facilidad pocas veces vista en el genero, comandados por el ex.patilludo Spencer que con un sistema de señas, como bajar la mano por su brazo, hacer un tres o gritándole al baterista dirige a su manera el grupo.
Con la premisa ramonera de un tema atrás del otro los temas se sucedieron cual patada en el pecho y hasta con presentación de los músicos de la mano del cantante, cual James Brown pero mucho mas sacado.
Y asi uno se va del show con la sensación de que vio a músicos realmente muy buenos que con el leitmotiv de The Show must go on se inmolaron por que esto se cumpla. Tal es el caso de el preludio a los bises en el que Simins queda solo aporreando a los parches cual Bonzo o el final del show en un zenith sonoro y ruidoso en donde Spencer larga su guitarra para moverse a lo Elvis y ponerse a improvisar con un theremìn.
Nunca mejor puesto el nombre a una banda que al finalizar el show te deja asi: con los oídos zumbando y una explosion en tu cabeza. Yeahh!!Galeria (fotos cortesia Cecilia Cisneros):
http://picasaweb.google.com/101429320243693197017/BluesExplosionEnNiceto2707
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